EL
CARNAVAL: NUESTRO PATRIMONIO INMATERIAL A SALVAGUARDAR
El pasado miércoles
14 de enero el Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz firmó con la Universidad
de Cádiz el primer convenio de colaboración para trabajar conjuntamente en la
protección y salvaguarda de este patrimonio oral e intangible. Se trata de la
primera piedra para analizar también el impacto social, cultural y económico
del Carnaval de Cádiz en la sociedad. Este acuerdo ha venido a coincidir con la
noticia de quienes quieren utilizar esta fiesta única de convivencia y
tolerancia para beneficiarse económicamente sin ningún escrúpulo asociándola a
un simple botellón.
El Carnaval de
Cádiz es ante todo una fiesta en el sentido ritual y no un espectáculo de
atracción masiva de turistas tal y como afirman los antropólogos Abel Aljende y
Carmen Guerrero. Los agentes de la fiesta deben ser sus protagonistas, evitando
a toda costa cualquier manipulación de
instituciones o empresas. El desconocimiento y la incomprensión de nuestro
carnaval supone un gran riesgo que hace necesario que este patrimonio único con
siglos de existencia sea salvaguardado de los peligros que lo rodean.
El Carnaval de
Cádiz es un fenómeno que destaca por la sociabilidad que representa que miles
de personas salgan a la calle y vengan a la ciudad a escuchar unas coplas que
no tienen parangón con ninguna otra fiesta similar. Las letras que cantan las
agrupaciones oficiales y callejeras
constituyen un ejemplo de memoria colectiva. Para que a nuestra fiesta
no la desvirtúen los que pretenden convertirla en un botellón es necesario unir
los esfuerzos ciudadanos de colectivos y asociaciones concienciándonos de que
este patrimonio debe ser protegido y salvaguardado, apoyando como paso previo
su inclusión en la lista representativa del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO.
Para combatir las
amenazas externas es fundamental fortalecer la cohesión social ciudadana. La
educación en el sentido amplio es también un medio para potenciar las medidas
de salvaguarda que ayude a la implantación de un turismo sostenible y
respetuoso. Es necesario generar protocolos para que el turismo cultural y
festivo pueda desarrollar las estrategias más adecuadas que puedan evitar los
riesgos y peligros tendiendo puentes entre los sectores de cultura, medio
ambiente, educación y turismo.
Internet y las
redes sociales son herramientas que los ciudadanos pueden utilizar también para
la toma de conciencia del valor de la salvaguarda de este patrimonio cultural inmaterial contribuyendo a
su difusión y protección.
Las dimensiones que
ha tomado el carnaval en los últimos años lo hacen más vulnerable por lo que es
necesario proteger sus esencias identitarias que lo alejen de convertirse en
una feria y espectáculo al ritmo del consumo, el negocio y la demanda y lo
acerquen más a una fiesta basada en las personas, la cultura, la solidaridad,
la tolerancia y la vida. También es importante dignificar el trabajo de los artistas y otros colectivos que
mejoren sus condiciones de salud y bienestar y el de sus familias.
La comercialización
del carnaval requiere mayor regulación sobre los parámetros culturales y
patrimoniales que hagan posible la participación del sector privado con
responsabilidad social, dando una imagen positiva y con estímulos tributarios.
El Carnaval de
Cádiz tiene que ser valorado en su justa medida y hay que trabajar para que las
instituciones asuman su responsabilidad. Como afirma el musicólogo Faustino
Nuñez, la política cultural con respecto al carnaval debe ser atendida desde el
respeto a la fiesta, a su historia y realidad actual. Su inclusión como
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad abrirá cauces para que se reconozca la
grandeza artística de las letras y músicas del Carnaval de Cádiz. Esta es ante
todo una tradición festiva para deleitarnos con la creatividad de cientos de
coplas que se renuevan cada año al llegar el mes de febrero, luchemos entre
todos para que se respete y proclame que es nuestro patrimonio inmaterial más
universal.
Felipe
Barbosa Illescas
Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz.
Coordinador de
la Comisión para el Patrimonio Inmaterial.
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